El Gobierno de Estados Unidos ha implementado una nueva política que afecta a los solicitantes de visas de turismo, específicamente aquellos provenientes de países con altos índices de sobreestadía. A partir de un anuncio realizado el 4 de agosto de 2025, el Departamento de Estado ha indicado que se requerirá un depósito de hasta 15,000 dólares como condición para la emisión de visas B-1/B-2, que son las destinadas a viajes de negocios y placer. Esta medida se enmarca dentro de un programa piloto que tendrá una duración de 12 meses y que busca abordar el problema de la sobreestadía en el país.
La notificación oficial publicada en el Registro Federal establece que los funcionarios consulares podrán exigir a los solicitantes de visas de no inmigrantes que paguen una fianza, cuyo monto promedio se estima en 10,000 dólares. Sin embargo, el depósito puede llegar hasta los 15,000 dólares dependiendo del caso. Una vez que el solicitante demuestre que no tiene intención de exceder su permanencia en Estados Unidos, podrá solicitar el reembolso total de la fianza.
Este programa ha sido justificado por la Administración del presidente Donald Trump, quien ha señalado que más de 500,000 personas excedieron la duración de sus visas en el año fiscal 2023. La medida busca enviar un mensaje claro a los países de origen de estos solicitantes, instándolos a tomar acciones que fomenten el cumplimiento de las leyes de inmigración de Estados Unidos. Además, se argumenta que la política también abordará la insuficiente verificación de identidad y antecedentes criminales de los solicitantes.
### Implicaciones del Nuevo Programa de Visados
La implementación de este nuevo programa de visados no solo representa un cambio significativo en la política de inmigración de Estados Unidos, sino que también implica un aumento en los costos para los solicitantes. En julio de 2025, se aprobó una ley conocida como ‘la gran y hermosa ley’ de Trump, que incluye un incremento en las tarifas de visado. Esta ley establece una ‘tarifa de integridad de visa’ que se aplicará a todos los extranjeros que ingresen al país como visitantes, con un costo mínimo de 250 dólares.
De acuerdo con cifras del Departamento de Estado, en 2024 se emitieron casi 11 millones de visas de no inmigrante. Con la introducción de estas nuevas tarifas y depósitos, el proceso de obtención de una visa se vuelve más oneroso, lo que podría disuadir a algunos potenciales viajeros. Además, la ley también impone un costo adicional para los migrantes que soliciten asilo, que ahora deberán pagar una tarifa de 100 dólares al presentar su solicitud, así como un cargo adicional de 100 dólares cada año que su solicitud permanezca pendiente.
La combinación de estos factores sugiere que el acceso a Estados Unidos podría volverse más complicado para ciertos grupos de solicitantes, especialmente aquellos que provienen de países con economías más frágiles. La política podría tener un impacto directo en el turismo y los viajes de negocios, ya que muchos potenciales visitantes podrían considerar que los costos son prohibitivos.
### Reacciones y Críticas a la Nueva Medida
La nueva política ha suscitado diversas reacciones tanto a nivel nacional como internacional. Por un lado, algunos funcionarios del gobierno han defendido la medida como una forma necesaria de controlar la inmigración y garantizar que los solicitantes cumplan con las leyes de permanencia. Sin embargo, críticos de la política argumentan que esta medida podría ser vista como una forma de discriminación económica, ya que aquellos que no pueden permitirse pagar la fianza se verán excluidos de la posibilidad de visitar Estados Unidos.
Organizaciones de derechos humanos y grupos de defensa de inmigrantes han expresado su preocupación por el impacto que estas medidas tendrán en las comunidades de inmigrantes y en la percepción de Estados Unidos como un país acogedor. La exigencia de un depósito tan elevado podría ser interpretada como un obstáculo adicional para aquellos que buscan reunirse con familiares, asistir a eventos importantes o simplemente disfrutar de unas vacaciones en el país.
Además, hay quienes cuestionan la efectividad de esta medida en la reducción de la sobreestadía. Algunos expertos en inmigración sugieren que la solución a este problema debe centrarse en mejorar los procesos de verificación y en ofrecer alternativas más accesibles para los solicitantes, en lugar de imponer tarifas que podrían resultar prohibitivas.
En resumen, la nueva política de visados de Estados Unidos representa un cambio significativo en la forma en que el país gestiona la inmigración y el turismo. Con un depósito de hasta 15,000 dólares requerido para ciertos solicitantes, se espera que esta medida genere un debate amplio sobre sus implicaciones y su efectividad en el control de la inmigración. A medida que el programa piloto se implemente, será crucial observar cómo afecta a los solicitantes de visas y qué respuestas genera tanto en el ámbito nacional como internacional.