La portavoz de Podemos en el Congreso, Ione Belarra, ha manifestado que el partido está convencido de que el Gobierno de Pedro Sánchez ha activado su maquinaria electoral. Los recientes anuncios de presupuestos, la defensa de la causa palestina y las nuevas medidas relacionadas con la vivienda han llevado a los morados a pensar que el Ejecutivo se está preparando para unas elecciones anticipadas. Este clima de incertidumbre ha llevado a Podemos a dar por perdidos asuntos que consideran fundamentales, como la derogación de la ley mordaza y la regularización de medio millón de migrantes, iniciativas que no creen que lleguen a tramitarse.
Desde la cúpula de Podemos, se percibe que el PSOE está preparando el terreno para una cita con las urnas, que podría ser convocada de manera urgente si surgen problemas internos en el partido. En este contexto, los morados han estado observando de cerca la investigación en torno al caso Koldo y a otros miembros del Gobierno, lo que podría complicar aún más la situación política. Según fuentes del partido, el Gobierno está en «modo electoral», aunque no se ha fijado una fecha concreta para las elecciones.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha criticado abiertamente lo que considera «electoralismo» por parte del Gobierno. En una reciente rueda de prensa, Belarra se refirió a la falta de acción del Ejecutivo, afirmando que los anuncios de presupuestos y otras medidas no se han traducido en acciones concretas. «Todo lo que veo me hace pensar que el PSOE está pensando más en elecciones que en gobernar», afirmó, subrayando que la falta de diálogo con los socios de gobierno es preocupante.
En este clima de anticipación electoral, Podemos ha asumido que reformas clave como la derogación de la ley mordaza y la regularización de migrantes están prácticamente descartadas. Estas iniciativas, que ya habían sido propuestas en legislaturas anteriores, se encuentran en un limbo parlamentario, y la complejidad de la mayoría en el Congreso hace que su aprobación sea aún más difícil. La amenaza de ruptura por parte de Junts también añade un nivel de incertidumbre que complica aún más la situación.
El Gobierno, por su parte, ha estado lanzando una serie de medidas que, según Podemos, parecen más un intento de ganar tiempo que un compromiso real con la gobernanza. La reciente propuesta de un decreto para el embargo de armas a Israel ha sido objeto de críticas, ya que aún no ha sido aprobada en el Consejo de Ministros. Desde el Gobierno se justifican los retrasos por «cuestiones técnicas», pero en Podemos desconfían de la verdadera intención detrás de esta medida, a la que han calificado de «decreto fake» o «fantasma».
La cúpula de Podemos ha expresado su preocupación por la falta de voluntad del Gobierno para implementar un embargo real, sugiriendo que las medidas propuestas están diseñadas para no ser efectivas. Además, han señalado que el decreto no prohíbe el tránsito de material militar en los puertos españoles, lo que podría permitir que grandes buques que transportan armas a Israel continúen operando sin restricciones. Esta situación ha llevado a los morados a cuestionar la sinceridad del Gobierno en su compromiso con la causa palestina.
En medio de este panorama, la estrategia de comunicación del Gobierno se ha centrado en hacer anuncios que, según Podemos, no se traducen en acciones concretas. La percepción de que el Ejecutivo está más enfocado en la imagen pública que en la gestión efectiva ha llevado a un aumento de la desconfianza entre los socios de gobierno. La falta de diálogo y la inacción en temas cruciales han sido puntos de crítica recurrentes por parte de Podemos, que se siente cada vez más marginado en el proceso de toma de decisiones.
La situación actual plantea un desafío significativo para el Gobierno, que debe equilibrar la presión de sus socios con la necesidad de mantener una imagen positiva ante la opinión pública. A medida que se acercan las elecciones, la presión aumentará para que el Ejecutivo tome decisiones que no solo sean populares, sino que también reflejen un compromiso genuino con las reformas prometidas. En este contexto, la relación entre el Gobierno y Podemos se encuentra en un punto crítico, donde la desconfianza y la anticipación electoral podrían definir el futuro político del país.
