Durante la temporada estival, el calor y la intensa radiación solar se convierten en elementos que invitan a disfrutar de actividades al aire libre. Sin embargo, esta época también conlleva riesgos significativos para la salud ocular. La exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV), el uso de lentillas en ambientes acuáticos y el aire acondicionado son solo algunos de los factores que pueden afectar negativamente nuestros ojos. Por ello, es fundamental adoptar medidas preventivas para asegurar una buena salud visual durante el verano.
**La importancia de la protección solar para los ojos**
La radiación UV es especialmente intensa en los meses de verano, y aunque comúnmente se asocia con daños en la piel, sus efectos sobre los ojos son igualmente preocupantes. La exposición sin protección puede provocar quemaduras en la córnea, acelerar el desarrollo de cataratas y causar lesiones en la conjuntiva, como la pinguécula o el pterigion. Además, mirar directamente al sol, incluso con gafas de sol, puede dañar la retina, lo que puede resultar en problemas de visión a largo plazo.
Es crucial utilizar gafas de sol que cuenten con filtros UV homologados. Las gafas de sol de baja calidad pueden ser más perjudiciales, ya que pueden dilatar la pupila y permitir que más radiación entre en el ojo. También es recomendable evitar la exposición al sol durante las horas pico, entre las 10 a.m. y las 4 p.m., y recordar que los niños, cuyos ojos son más sensibles, deben usar gafas de sol adecuadas.
**Precauciones en el agua: piscinas y mar**
Los baños en piscinas, ríos y el mar son actividades comunes en verano, pero también pueden representar riesgos para la salud ocular. El cloro presente en las piscinas puede causar irritaciones oculares, y el contacto con el agua puede facilitar la entrada de microorganismos que provocan infecciones como la conjuntivitis. Esto se agrava si se usan lentillas durante el baño, ya que el agua puede adherirse a las lentes y aumentar el riesgo de infecciones graves.
Para minimizar estos riesgos, es aconsejable evitar el uso de lentillas en el agua y optar por gafas de natación, que pueden ser graduadas si es necesario. También es importante no compartir toallas o gafas y evitar bañarse en zonas no autorizadas. En el caso del mar, aunque el agua salada no suele ser tan agresiva, puede afectar la estructura de las lentillas, haciendo que se adhieran al ojo y dificultando su retirada.
**Ambientes secos y el uso del aire acondicionado**
El aire acondicionado, comúnmente utilizado para combatir el calor, puede contribuir al síndrome de ojo seco, una afección que se manifiesta con síntomas como escozor, visión borrosa y sensibilidad a la luz. Este problema puede intensificarse si se usan lentes de contacto de manera prolongada o sin la debida higiene. Para combatir el síndrome de ojo seco, se recomienda programar el aire acondicionado entre 21 y 26 grados Celsius y evitar que el aire frío sople directamente hacia los ojos. También es útil apagar el aire acondicionado durante la noche o limitar su uso a las primeras horas del sueño.
El uso regular de lágrimas artificiales, incluso sin síntomas, y mantener una buena hidratación son claves para mantener los ojos en buen estado. Además, es fundamental evitar frotarse los ojos, ya que esto puede introducir bacterias y provocar infecciones.
**Higiene ocular y prevención de infecciones**
Durante el verano, mantener una buena higiene ocular es vital. Lavarse las manos frecuentemente, especialmente antes de tocar los ojos o manipular lentillas, es una medida sencilla pero efectiva para prevenir infecciones comunes como la conjuntivitis. También se deben evitar hábitos perjudiciales, como compartir objetos de uso personal, que pueden facilitar la transmisión de gérmenes.
Es importante estar atentos a los síntomas que pueden surgir tras exposiciones prolongadas al sol o al agua, como enrojecimiento, escozor y sensibilidad a la luz. Ante cualquiera de estos síntomas, es recomendable consultar a un oftalmólogo para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.
**Consejos para grupos vulnerables**
Niños, personas mayores y usuarios de lentes de contacto requieren atención especial durante el verano. Los niños deben ser educados sobre la importancia de proteger sus ojos y evitar tocarse los ojos con las manos sucias. Las personas mayores, que son más propensas a la sequedad ocular, deben asegurarse de mantenerse bien hidratadas y protegerse del sol. Aquellos que usan lentillas deben extremar la higiene, limitar su uso y utilizar lágrimas artificiales para prevenir molestias.
El verano es una época ideal para disfrutar de actividades al aire libre, pero también exige prestar atención a la salud ocular. Adoptar medidas preventivas, como usar gafas homologadas, evitar bañarse con lentillas y mantener los ojos hidratados, puede contribuir a disfrutar de un verano sin sobresaltos y con una visión saludable. Cuidar de nuestros ojos no debería ser una opción, sino parte de nuestro bienestar diario.