La jornada del sábado 14 de junio de 2025 se perfila como un día crucial para la democracia estadounidense, con la celebración de un «día nacional de desafío» que busca movilizar a millones de ciudadanos en contra de lo que muchos consideran una deriva autoritaria del presidente Donald Trump. Este evento coincide con el primer gran desfile militar en Washington D.C. desde 1991, que se llevará a cabo en honor al 79 cumpleaños de Trump y al 250 aniversario del nacimiento del Ejército. Sin embargo, la atención se centra en las manifestaciones que se llevarán a cabo en todo el país, con un enfoque particular en ciudades como Nueva York y Los Ángeles.
El jefe de policía de Los Ángeles ha anticipado la posibilidad de «multitudes quizá sin precedentes» en la ciudad, donde Trump ha decidido desplegar a la Guardia Nacional y marines en respuesta a las protestas contra sus políticas de inmigración. Este despliegue militar ha generado una gran controversia, especialmente después de que un juez declarara ilegal la federalización de los reservistas, aunque un tribunal de apelaciones permitió que continuara el despliegue hasta una nueva vista programada para el martes. La decisión del juez enfatiza que Trump ejerce la autoridad de un presidente, no de un rey, recordando que Estados Unidos se fundó en oposición a un monarca.
Los organizadores de las manifestaciones han adoptado el lema «reyes no», que sustituye al anterior «manos fuera», utilizado en protestas anteriores que lograron reunir a más de tres millones de personas en todo el país. Este nuevo lema refleja un creciente descontento con las acciones de la administración Trump, que han sido descritas como un ataque a los derechos civiles y a la democracia misma. En la página web de las protestas, se pueden encontrar detalles sobre las convocatorias y cómo participar, así como un llamado a la acción contra lo que consideran una corrupción que ha ido demasiado lejos.
### Un llamado a la acción pacífica
Ezra Levin, fundador del grupo Indivisible, uno de los principales organizadores de las manifestaciones, ha comparado la movilización con un ejercicio físico, enfatizando que no se trata de un evento que cambiará la situación de inmediato, sino de una táctica dentro de una estrategia a largo plazo para proteger la democracia estadounidense. La idea es que, aunque no se espera que Trump dimita o que se logre un cambio inmediato, la movilización es esencial para mantener viva la lucha por los derechos democráticos.
A pesar de que los organizadores han hecho un llamado a la protesta pacífica, la tensión en el ambiente es palpable. En Washington D.C., donde se llevará a cabo el desfile militar, se han programado otras protestas, pero los organizadores de «Reyes no» han decidido no tener presencia en la capital, en parte debido a las amenazas de Trump de responder con fuerza a cualquier manifestación en su contra. En estados gobernados por republicanos, como Florida y Texas, se han prometido respuestas contundentes ante cualquier incidente, lo que añade un nivel de preocupación sobre la seguridad de los manifestantes.
La situación se complica aún más por la retórica del presidente, quien ha calificado a sus opositores de «enemigos internos» y ha mostrado una clara intención de exhibir su poderío militar. En este contexto, las advertencias de algunos funcionarios locales, como un sheriff de Florida que ha amenazado con matar a quienes se comporten violentamente, generan un clima de miedo entre los manifestantes y la población en general.
### La respuesta de la ciudadanía
A medida que se acerca el día de las manifestaciones, la expectativa crece. En Nueva York, se espera que entre 50,000 y 100,000 personas salgan a las calles, mientras que en otras ciudades se han contabilizado cerca de 2,000 protestas programadas. La movilización ha sido impulsada por una creciente preocupación por la dirección que está tomando el país bajo la administración Trump, y muchos ciudadanos sienten que es su deber participar en esta lucha por la democracia.
Los organizadores han hecho un esfuerzo por utilizar las redes sociales y otras plataformas digitales para informar y motivar a la ciudadanía. La web de las protestas no solo proporciona información sobre las convocatorias, sino que también permite a los ciudadanos proponer nuevas manifestaciones y prepararse para participar de manera efectiva. Este enfoque inclusivo ha sido clave para movilizar a un número tan significativo de personas en un corto período de tiempo.
La jornada del 14 de junio se presenta como una oportunidad para que los ciudadanos expresen su descontento y su deseo de un cambio. A medida que el país se enfrenta a desafíos significativos en términos de derechos civiles y democracia, la participación activa de la ciudadanía se vuelve más crucial que nunca. La lucha por una democracia saludable y funcional continúa, y este día de desafío podría ser un paso importante en esa dirección.