El 20 de agosto de 2008, el vuelo JK5022 de Spanair se estrelló durante el despegue en el aeropuerto de Barajas, dejando un saldo trágico de 154 vidas perdidas y 18 heridos. Este accidente se convirtió en uno de los más devastadores en la historia de la aviación española, y desde entonces, las familias de las víctimas han luchado incansablemente por justicia y reconocimiento. La Asociación de Afectados del vuelo JK5022 (AVJK5022) ha sido el pilar fundamental en esta lucha, buscando verdad, justicia, reparación y memoria para aquellos que perdieron la vida en esta tragedia.
La figura de Pilar Vera, tía de una de las víctimas, ha sido central en esta historia. Desde que asumió el liderazgo de la AVJK5022, ha trabajado sin descanso para esclarecer las causas del accidente y para que se implementen cambios significativos en la seguridad aérea en España. Este año, la conmemoración del 20 de agosto se ha convertido en el primer Día Nacional de las Víctimas de Accidentes Aéreos, un hito que simboliza el esfuerzo colectivo de las familias para mantener viva la memoria de sus seres queridos y para evitar que tragedias similares se repitan en el futuro. «El Día Nacional nos obliga a todos a no olvidar lo sucedido para evitar que ocurra de nuevo una tragedia que pudo haberse evitado», afirma Vera, reflejando el dolor y la determinación que han caracterizado su lucha.
La conmemoración de este año se centrará en actos íntimos y ofrendas florales en lugares significativos como El Cubo, en La Puntilla, y la Plaza de La Memoria en Las Palmas de Gran Canaria. En Madrid, se llevará a cabo un acto público en los jardines de la Terminal 2 de Salidas de Barajas, donde se rendirá homenaje a todas las víctimas de accidentes aéreos en España. Este acto no solo busca honrar a los fallecidos, sino también dar visibilidad a las demandas de las familias afectadas, que han solicitado un reconocimiento formal y un compromiso por parte del Gobierno para mejorar la seguridad en la aviación.
La lucha por la justicia ha sido larga y complicada. Tras el accidente, se llevaron a cabo investigaciones exhaustivas que revelaron una serie de fallos sistemáticos en la operación de la aerolínea y en la supervisión de la seguridad aérea. El Dictamen de la Comisión de Investigación, aprobado en 2021, concluyó que el accidente fue el resultado de una cadena de errores que involucraron tanto a la compañía como a las autoridades reguladoras. A pesar de las dificultades económicas que enfrentaba Spanair, la empresa continuó operando sin las revisiones necesarias, lo que contribuyó a la tragedia.
La presión laboral sobre los pilotos y fallos técnicos, como el relacionado con el relé R2-5, también jugaron un papel crucial en el accidente. La falta de una alarma funcional que debió alertar sobre errores en la configuración del avión fue otro de los factores que llevaron a la tragedia. Este análisis ha llevado a un replanteamiento de las normativas de seguridad en la aviación, no solo en España, sino en toda Europa.
En respuesta a la tragedia, se han implementado cambios significativos en la legislación europea. En 2010, el Parlamento Europeo aprobó una normativa que obliga a las aerolíneas a proporcionar la lista de pasajeros en un plazo máximo de dos horas en caso de un accidente, una medida que fue impulsada por las familias de las víctimas del vuelo JK5022. Esta normativa, sin embargo, no se aplicó en España hasta 2013, lo que refleja la lentitud del proceso de cambio en la industria.
Más recientemente, en el 15º aniversario del accidente, se estableció la Fundación de Seguridad Aérea, una entidad sin ánimo de lucro que busca fomentar una cultura de prevención en la aviación. Esta fundación es un paso más en la dirección de garantizar que las lecciones aprendidas de la tragedia del vuelo JK5022 no se olviden y que se implementen medidas efectivas para proteger a los pasajeros en el futuro.
La historia del vuelo JK5022 es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de la memoria colectiva. Las familias de las víctimas continúan su lucha por justicia y reconocimiento, y el establecimiento del Día Nacional de las Víctimas de Accidentes Aéreos es un paso significativo hacia la reparación y el homenaje que merecen. A medida que se conmemoran 17 años desde esta tragedia, la sociedad española se une en un acto de recuerdo y reflexión, reafirmando su compromiso de no olvidar a aquellos que perdieron la vida y de trabajar juntos para garantizar que tales tragedias no se repitan.