La Dirección General de Tráfico (DGT) está en proceso de implementar una reforma significativa en el examen teórico del carné de conducir, un cambio que ha suscitado tanto expectativas como preocupaciones en los pueblos de Cáceres. Este nuevo enfoque busca no solo evaluar la memoria de los aspirantes, sino también su capacidad para enfrentar situaciones reales en la carretera. A partir de 2026, se espera que el examen incluya vídeos interactivos que simulen escenarios de conducción, inspirados en el modelo británico conocido como ‘Hazard Perception Test’. Este cambio tiene como objetivo que los futuros conductores no solo memoricen respuestas, sino que comprendan y apliquen el conocimiento de manera práctica, lo que podría contribuir a una reducción en la siniestralidad vial.
La actual estructura del examen teórico consiste en 30 preguntas tipo test, donde los aspirantes pueden cometer un máximo de tres errores para aprobar. Sin embargo, muchos estudiantes, como Belén, alumna de la Autoescuela El Túnel, han expresado su preocupación por el hecho de que el modelo actual fomenta la memorización temporal, lo que puede llevar a olvidar gran parte del contenido una vez superada la prueba. La profesora Fátima Morán, de la Autoescuela Europa, también ha señalado que, aunque los cambios son bienvenidos, han generado incertidumbre entre los aspirantes, quienes temen no estar preparados para el nuevo formato.
A partir del 1 de octubre de este año, las preguntas del examen teórico se actualizarán para incluir las nuevas normas de señalización que entraron en vigor en julio. Esto ha llevado a que muchos alumnos se sientan desorientados y busquen clases adicionales para entender mejor los cambios. En la provincia de Cáceres, más de 8,000 personas se presentaron al examen teórico en 2024, con solo el 44% aprobando, lo que indica la necesidad de una preparación más efectiva.
**Desafíos para las Autoescuelas y la Digitalización**
La implementación de estos cambios no solo afecta a los aspirantes, sino que también presenta un desafío significativo para las autoescuelas y los centros de examen en la provincia. Los cuatro centros de la DGT en Cáceres, ubicados en Plasencia, Navalmoral de la Mata, Coria y Trujillo, deberán adaptarse a un nuevo sistema que requiere la informatización de sus aulas. Pedro Herrero, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Cáceres, ha destacado que actualmente menos del 20% de los centros de examen en España están informatizados. Esto implica que los ayuntamientos deberán asumir los costos de digitalización y mantenimiento, lo que ha generado tensiones entre las administraciones locales y la DGT.
Herrero ha expresado su preocupación por la carga financiera que esto representa para los municipios, especialmente en un contexto donde muchos de ellos ya enfrentan dificultades económicas. La digitalización de las aulas es vista como una necesidad para modernizar el proceso de enseñanza y evaluación, pero la falta de recursos y el tiempo limitado para implementar estos cambios han llevado a una situación de incertidumbre. Si no se logra cumplir con los requisitos técnicos antes de la fecha límite, los exámenes podrían concentrarse en la capital, Cáceres, lo que complicaría aún más el acceso para los estudiantes de áreas rurales.
**Impacto en las Comunidades Rurales**
La posible centralización de los exámenes en Cáceres plantea un riesgo significativo para las comunidades rurales, donde el acceso al transporte público es limitado. Herrero ha señalado que muchos estudiantes de localidades como Trujillo, que se encuentran a media hora de la capital, dependen de las autoescuelas para trasladarse a las clases prácticas. La eliminación de los centros de examen en estas áreas podría llevar a que los jóvenes opten por prepararse en ciudades más grandes, lo que a su vez afectaría la matrícula en las autoescuelas locales y podría poner en peligro su viabilidad económica.
Los alcaldes de los municipios afectados han comenzado a buscar soluciones junto con la Diputación de Cáceres, con la esperanza de que se puedan encontrar vías de colaboración para mantener el acceso a los exámenes en sus localidades. La inclusión de la institución provincial en los convenios con la DGT podría ser una de las soluciones propuestas, aunque aún queda por ver cómo se desarrollarán las negociaciones y si se lograrán los recursos necesarios para la digitalización.
La situación actual refleja un dilema más amplio sobre el futuro de las zonas rurales en España, donde la falta de servicios y la desconexión con las áreas urbanas pueden llevar a un éxodo de jóvenes hacia las ciudades. La reforma del examen de conducir, aunque necesaria para mejorar la seguridad vial, debe ser implementada de manera que no agrave la situación de las comunidades rurales, asegurando que todos los aspirantes tengan acceso equitativo a la formación y evaluación necesarias para convertirse en conductores responsables.