La ley de Amnistía, que se aprobó hace un año en el Congreso, ha sido un tema candente en el ámbito político español, especialmente en lo que respecta al independentismo catalán. Desde su concepción, esta ley fue vista como una herramienta crucial para facilitar la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. Sin embargo, a medida que se cumple un año desde su implementación, las expectativas iniciales han chocado con la realidad, dejando a muchos en el independentismo con un sabor agridulce.
La amnistía, a diferencia de los indultos, tiene un carácter más profundo y simbólico. Mientras que los indultos implican un perdón que reconoce la culpa, la amnistía busca borrar el delito de sedición y permitir la rehabilitación política de los líderes condenados. Esto incluye a figuras clave como Carles Puigdemont, quien sigue en el exilio y cuya situación se ha convertido en un punto de tensión entre el independentismo y el Gobierno español. La percepción de que Sánchez no ha cumplido con los acuerdos pactados ha generado un clima de desconfianza en las filas de Junts, el partido de Puigdemont.
### La Realidad de la Amnistía y sus Beneficios
Desde la aprobación de la ley, más de doscientos independentistas, incluidos políticos y empresarios involucrados en el referéndum del 1 de octubre, se han beneficiado de la amnistía. Sin embargo, la situación de Puigdemont y otros líderes en el exilio sigue siendo un tema candente. La falta de avances concretos en su regreso ha alimentado la frustración entre los independentistas, quienes sienten que el Gobierno no ha ejercido la misma presión sobre el poder judicial que ha utilizado en otros contextos.
Uno de los momentos más tensos en la negociación fue cuando Santos Cerdán, un alto dirigente del PSOE, admitió que no podían garantizar el futuro judicial de Puigdemont. Esta declaración fue recibida con incredulidad por parte de Junts, que considera que el Gobierno debería hacer más para asegurar el cumplimiento de la ley de amnistía. La percepción de que Sánchez prioriza sus intereses personales sobre los compromisos políticos ha exacerbado el malestar en el independentismo.
A pesar de las tensiones, algunos líderes del independentismo han intentado mantener la esperanza. Cerdán ha asegurado que el Tribunal Constitucional podría aprobar la amnistía entre junio y julio, lo que podría cambiar el panorama político. Sin embargo, este aval no garantizaría el regreso inmediato de Puigdemont, ya que aún enfrenta cargos de malversación. La incertidumbre sobre su situación judicial y la presión de otros actores políticos en Cataluña, como Salvador Illa, han complicado aún más el escenario.
### La Estrategia de Junts y el Futuro del Independentismo
Para Junts, la obtención de un respaldo del Tribunal Constitucional sería un paso crucial. Esto no solo desarmaría las excusas del Gobierno para evitar reunirse con Puigdemont, sino que también reafirmaría su posición como interlocutor legítimo en el diálogo con el Gobierno español. La idea de que Puigdemont y Sánchez puedan sentarse a negociar como dos jefes de Estado es un objetivo que muchos en el independentismo consideran esencial para avanzar en sus demandas.
Sin embargo, la situación es compleja. La emergencia de nuevos actores políticos en Cataluña, como Alianza Catalana, y la consolidación de figuras como Salvador Illa, han creado un entorno político más competitivo. Esto ha llevado a Junts a replantear su estrategia y a buscar nuevas formas de fortalecer su posición en el panorama político catalán.
La amnistía, aunque ha beneficiado a muchos, no ha resuelto las tensiones internas ni ha logrado un consenso claro sobre el futuro del independentismo. La falta de avances en el regreso de Puigdemont y la presión de otros sectores políticos han llevado a un clima de incertidumbre que podría tener repercusiones en las próximas elecciones y en la estrategia a largo plazo del independentismo.
En resumen, el primer año de la ley de amnistía ha sido un periodo de expectativas y desilusiones. Mientras que algunos han encontrado alivio en sus beneficios, otros, como Puigdemont, siguen atrapados en un limbo político. La capacidad del independentismo para navegar en este complejo panorama dependerá de su habilidad para adaptarse a las nuevas realidades políticas y de la presión que puedan ejercer sobre el Gobierno para cumplir con los acuerdos pactados.