En los últimos años, la figura de Juan Antonio Aguilar ha cobrado notoriedad en el contexto de las marchas pro-Putin que se celebran anualmente en España. Este antiguo militante falangista se presenta como el «asesor legal» de los organizadores de estos eventos, que conmemoran el Día de la Victoria, una festividad rusa que celebra la derrota de la Alemania nazi. Sin embargo, su historia es mucho más compleja y está marcada por conexiones inquietantes con personalidades del régimen de Vladímir Putin y el ámbito militar ruso.
Aguilar ha estado viajando a Moscú con regularidad, en ocasiones como reservista del Ejército español, lo que le ha permitido establecer contactos con figuras relevantes del ejército ruso. Uno de estos contactos es el coronel Aleksándr Kanshin, quien ha ocupado posiciones destacadas en el Ejército ruso y ha tenido vínculos empresariales con un funcionario del GRU, la inteligencia militar rusa, conocida por su implicación en actividades controvertidas, incluyendo asesinatos de disidentes políticos. Esta relación ha suscitado preocupaciones sobre la naturaleza de las actividades de Aguilar y su posible implicación en redes de desinformación y ciberataques.
### Actividades y Vínculos de Juan Antonio Aguilar
Aguilar, también conocido por el seudónimo de Iñaki Aguirre, trabaja como ingeniero informático en una empresa que fue absorbida por Indra, una compañía clave en el sector de defensa español. Su trayectoria profesional incluye la participación en elecciones como representante sindical de UGT, lo que añade una capa de complejidad a su perfil. A pesar de su pasado en la ultraderecha, Aguilar ha manifestado haber cambiado su perspectiva sobre Rusia, afirmando que su enamoramiento por el país se originó tras un viaje en 2010 como militar. Durante este viaje, se involucró en la creación de la Confederación de Generales, Almirantes y Oficiales Reservistas (IAC), donde representó a España.
La IAC, que se fundó en Moscú, ha sido un punto de encuentro para militares de diferentes países, pero su conexión con el Kremlin ha levantado sospechas. Aguilar ha admitido que sus viajes a Rusia han cambiado su percepción sobre el país, desafiando las narrativas occidentales. Esta transformación ha llevado a cuestionar su lealtad y los motivos detrás de sus actividades en el contexto de las marchas pro-Putin.
Uno de los aspectos más preocupantes de la historia de Aguilar es su relación con Enrique Arias Gil, un español buscado por Europol por su supuesta participación en ciberataques de origen ruso. Aguilar no solo le animó a escribir un libro sobre la inteligencia soviética y rusa, sino que también redactó el prólogo de la obra. Arias Gil, bajo el apodo de ‘Desinformador Ruso’, ha utilizado su plataforma en Telegram para difundir contenido alineado con el Kremlin, amenazar a periodistas y proporcionar información para ciberataques a infraestructuras sensibles en España. Las fuerzas de seguridad españolas creen que Arias Gil se encuentra actualmente en Rusia, lo que plantea interrogantes sobre la red de contactos que Aguilar ha cultivado.
### Implicaciones de la Relación con el Ejército Ruso
La relación de Aguilar con el Ejército ruso y su participación en eventos organizados por la IAC son motivo de preocupación. Durante su estancia en Moscú, celebró el cumpleaños de Kanshin en un lujoso almuerzo a bordo de un barco en el río Moskova, lo que subraya la cercanía de sus vínculos. Kanshin, actual presidente de la IAC, es un coronel del Ejército ruso y miembro de la Cámara Pública, un organismo consultivo que, aunque carece de independencia real, tiene un papel en la supervisión de la sociedad civil rusa.
La trayectoria de Kanshin, aunque no confirmada oficialmente, sugiere una conexión con el GRU, lo que añade un nivel de gravedad a la relación entre Aguilar y las autoridades rusas. Según expertos, la carrera de Kanshin es representativa de un oficial de inteligencia militar, lo que plantea preguntas sobre las intenciones de Aguilar al mantener estos lazos. Su participación en la IAC y su cercanía con figuras del régimen ruso podrían interpretarse como un intento de influir en la opinión pública española y promover una narrativa favorable al Kremlin.
Aguilar, que ha sido parte de la Brigada Guadarrama XII del Ejército español, ha colaborado en asuntos de informática, aunque se le atribuyen funciones menores. Su trayectoria en el ámbito militar y su conexión con organizaciones de ultraderecha, como Blood and Honour, que fue disuelta por promover discursos de odio, añaden un matiz inquietante a su perfil. A pesar de su pasado, Aguilar ha intentado posicionarse como un defensor de ciertos valores, aunque su relación con el Kremlin y sus actividades en el ámbito de la desinformación son difíciles de reconciliar con estos principios.
En los próximos meses, Aguilar tiene previsto regresar a Moscú para asistir a un congreso de una organización de verificación de hechos impulsada por el Gobierno ruso. Este evento podría ser una plataforma para fortalecer aún más sus vínculos con el régimen de Putin y continuar su labor de promoción de la narrativa rusa en España. La situación plantea interrogantes sobre la seguridad nacional y la integridad de las instituciones democráticas en el contexto de la creciente influencia rusa en Europa.
La historia de Juan Antonio Aguilar es un recordatorio de cómo las conexiones entre individuos y regímenes autoritarios pueden tener repercusiones significativas en la política y la sociedad. A medida que las tensiones entre Rusia y Occidente continúan aumentando, la vigilancia sobre figuras como Aguilar se vuelve esencial para comprender y contrarrestar la influencia de la desinformación y el extremismo en el panorama político actual.