En Extremadura, la duración de las bajas laborales se ha convertido en un tema de creciente preocupación, ya que la comunidad autónoma presenta la mayor media de días de baja en España, alcanzando los 72,7 días. Este fenómeno se produce a pesar de que la región registra el menor número de bajas laborales comunes, con una media de 19,7 casos por cada 1.000 trabajadores, según un informe de la mutua Asepeyo. Este contraste plantea interrogantes sobre las causas subyacentes y sus implicaciones para el mercado laboral y la economía regional.
La singularidad de Extremadura en cuanto a la duración de las bajas laborales se atribuye a varios factores. En primer lugar, el envejecimiento de la población ocupada juega un papel crucial. A medida que la fuerza laboral envejece, es natural que los tiempos de recuperación tras una enfermedad o accidente se prolonguen. Además, la estructura del mercado laboral en la región, que se compone en gran parte de sectores primarios y terciarios, puede estar relacionada con una mayor incidencia de patologías que requieren bajas prolongadas.
Otro factor que contribuye a la duración de las bajas es el colapso del sistema de atención sanitaria. La falta de recursos y la escasez de personal en el sistema de salud pública pueden provocar demoras en la atención y en los tratamientos necesarios para la recuperación de los trabajadores. Esto se traduce en un aumento del tiempo que los empleados pasan fuera de sus puestos de trabajo, lo que a su vez impacta negativamente en la productividad de las empresas, especialmente en las pequeñas y medianas.
A nivel nacional, el número de bajas laborales ha aumentado un 45% entre 2019 y 2024, lo que contrasta con el crecimiento del 13,3% en las afiliaciones al régimen general de la Seguridad Social. En este contexto, Extremadura se destaca por tener una media de 72,7 días de duración de las bajas, lo que es significativamente superior a la media nacional de 37,1 días. Este dato resalta la necesidad de abordar la problemática de las bajas laborales desde una perspectiva integral, que contemple tanto la salud de los trabajadores como la sostenibilidad del tejido empresarial.
Las causas de las bajas laborales en Extremadura son diversas. Según el informe, el 33,2% de las bajas se deben a traumatismos, mientras que las patologías psiquiátricas representan casi el 15% de los casos. Este aumento en las bajas por problemas de salud mental es preocupante, ya que refleja una tendencia creciente en la sociedad actual. Además, se estima que un 70% de los casos de baja por problemas psiquiátricos están relacionados con factores laborales o familiares, lo que sugiere que la mediación y la conciliación podrían ser herramientas efectivas para abordar estas situaciones.
Desde el ámbito empresarial, se ha señalado la necesidad de mejorar la colaboración con las mutuas de seguridad social. Actualmente, las mutuas solo revisan las bajas que superan los 15 días, pero no tienen la capacidad de proponer altas o tratamientos alternativos. Esta limitación puede contribuir a la prolongación de las bajas, lo que afecta tanto a los trabajadores como a las empresas. La Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex) ha abogado por una mayor autonomía para las mutuas en la gestión de las bajas laborales, lo que podría facilitar una recuperación más rápida y eficiente.
Por otro lado, los sindicatos también han expresado su preocupación por la duración de las bajas laborales. La secretaria de Igualdad, Política Social y Seguridad Laboral de UGT Extremadura ha señalado que el envejecimiento de la población trabajadora y la falta de atención adecuada en el sistema sanitario son factores que contribuyen a esta problemática. Además, han destacado la importancia de considerar las bajas laborales como un derecho de los trabajadores, que deben ser gestionadas de manera adecuada por los profesionales de la salud.
En conclusión, la situación de las bajas laborales en Extremadura plantea un desafío significativo para la productividad y la economía de la región. La combinación de un envejecimiento de la población, la estructura del mercado laboral y las deficiencias en el sistema de atención sanitaria son factores que requieren atención urgente. La colaboración entre empresas, mutuas y sindicatos será fundamental para abordar esta problemática y encontrar soluciones que beneficien tanto a los trabajadores como a la economía regional.